MARICÓN

Carmelo Gabaldón fue inicialmente censurado por la Universitat Politècnica de València con su intervención #SOYMARICÓN, ello subrayó la urgencia de activar muchas más propuestas que incluyesen el término como empoderamiento y grito de guerra. Al final, la Universidad rectificó ante la presión mediática, quizá comprendiendo lo que Gabaldón proponía: Apropiarse de este insulto para arrebatarle su capacidad hiriente y neutralizarlo, ya que la palabra GAY ha dejado de representar a un colectivo agraviado por la homonorma.

En este sentido, cuando se me invita a realizar una intervención en Cocentaina con motivo de la celebración del orgullo de la localidad, decido seguir la línea de Carmelo y visibilizar este término. Esta es una de las primeras piezas que realizo donde dejo clara mi condición sexual: #SOYMARICÓN. Para ello construyo la palabra ‘maricón’ en mayúsculas escribiendo en su interior distintas tribus gays: twinks, nutrias, osos, pups, leathers, daddies, cachorros, locas, bakalas, lobos, chasers y un largo etcétera. En la búsqueda para completar este listado descubro que existe una web en la que introduciendo aspectos físicos un algoritmo ‘ayuda’ a ubicar a los usuarios gays dentro de una de estas ‘familias’. Me pregunto cuáles son los criterios de clasificación y si éstos son necesarios. Tal vez responden a una desvirtuación machista ahora que entre nosotros la plumofobia es cada vez más feroz y los hombres se hipermusculan en busca de otros hombres igual de musculados, igual de ‘masculinos’, igual de ‘discretos’ (como si todos ellos fuesen sinónimos).

MARICÓN se inserta en la fachada del Centre Cultural El Teular para ser leído al derecho, mientras las tribus que conforman cada una de las letras están escritas al revés, enunciando de esta manera un divorcio de sentidos, afectos y representatividades.

MARICÓN. 2017. Instalación en Centre Cultural El Teular. Cocentaina. Alicante. Rotulador amarillo y rosa sobre cristal. Medidas variables.