La fiesta no es para todos. Montaje 1

Agustín Fernández Mallo recoge en Joan Fontaine Odisea [Mi deconstrucción] (2001-2002) una frase que se atribuye a Étienne de Beaumont, “Las fiestas se dan sobre todo para aquellos a los que no se invita”. Esta sentencia se convierte en leitmotiv para crear una instalación de grandes dimensiones donde se evidencia la exclusión con la que operan las esferas de poder con el fin de mantener su endogamia.

Por ello, en Misterpink Contemporary Art Projects concibo, con malicia e ironía, una fiesta particular diseñada para echar al público. Los materiales festivos se despliegan y distribuyen por el espacio con una fuerte concepción escultórica, de tal manera, que invitan a no quedarse. Se convierten en obstáculos que incordian e interrumpen el paso. Un grupo de globos cuelga a metro y medio del techo, ubicados en la entrada, obligan a agacharse a todo el que desea entrar. Guirnaldas troqueladas, en negro y naranja, cuelgan como paredes de texto que desvían el curso habitual de la visita. Banderines llenos de letras se depositan en el suelo o cuelgan lánguidos. La hoja de sala es una caja de confeti o un bol de gel de purpurina tienta al público para que decore su piel con el único objetivo de manchar sus manos.

En la inauguración se lleva a cabo una acción. Dos personas vestidas de negro, situadas en la entrada, piden a los visitantes su nombre para comprobar si aparecen en una lista en la que no se han apuntado. Sólo acceden aquellos cuyo nombre figuran, amigos y colegas, dejando en la calle al resto.   

A las palabras de Beaumont se suman las de pensadores como Maurice Blanchot, Boris Groys, Giorgio Agamben y reflexiones de Carlos Gamerro sobre William S. Burroughs. Me valgo de estas citas para subrayar la perversión del juego, la exclusión, el poder, los excesos y las adicciones. Las troquelo en banderines y guirnaldas de materiales industriales brillantes, translúcidos, para dejarlas caer o desplegarlas sin previo aviso. En este ambiente, el texto se oculta, muta y cambia de dirección, variando la percepción del espacio y potenciando una superposición de letras intransitable e ilegible, opaca a la comprensión.

La exposición se concibe como un laboratorio donde sucesivamente se producen cambios en el espacio expositivo, visitas guiadas no anunciadas y una performance final.

La fiesta no es para todos. Montaje 1. 2019. Instalación en Misterpink Contemporary Art Projects, Valencia. Plásticos troquelados, varillas metálicas, hilo de acero y anclajes en el techo. Medidas variables.