En 1969 Georges Perec (Francia, 1936-1982) publica su cuarta novela, La disparition. Construida como un lipograma (escrito en el que se evita una letra determinada) de la vocal “e”, narra las aventuras y desventuras de un grupo de personas que buscan a un sujeto desaparecido. En 1997 sale a la luz la traducción española, El secuestro. Los traductores implicados, comprendiendo que el valor del texto consiste en la dificultad de escribir con fluidez y coherencia sin usar la letra más empleada en el idioma galo, tratan de hacer lo mismo en castellano, omitiendo en esta ocasión términos que empleen la letra “a”. El resultado es un extrañamiento del lenguaje.
Para esta acción homónima, escojo un párrafo de este último texto, en el que el secuestro se presenta como un acontecimiento incierto abierto a una multitud de suposiciones:
En principio, uno no entiende del todo el vislumbre, creyendo que el inquieto instinto es el que no permite ver sino lo poco corriente, lo confuso, lo temible. Luego, de repente, se ve o se cree ver, no lejos, un no se qué que te seduce, que se te impone, que te estremece. Entonces todo se pudre. Uno se sorprende, tiene miedo, el intelecto se oscurece. Sufres un dolor terco, sordo. El espectro entrevisto te embrutece sin remedio.
Sentado en un escritorio de espaldas al público, abro mi portátil y leo este fragmento. Y lo repito, extrayendo cada vez una nueva letra, siguiendo un riguroso orden en el que se eliminan antes los signos más numerosos. Según desaparecen las vocales, la semántica del extracto se dinamita, creando una masa sonora en la que trato de hallar nuevas tonalidades y maneras de pronunciar. Como si mediante la pausa y el aliento pudiese evocar la singularidad de aquello que ha desparecido.
El secuestro. 26 de junio de 2021. Performance en Cicle Art D’. Sessión 19. Centre del Carme, Valencia. 20’.
Fotografía: Manuel López.